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Ingredientes para 4 personas:
  • 40 gramos hecho con harina
  • 500 ml. de leche
  • 50 gramos. manteca
  • una pizca de nuez moscada
  • sal

Preparación:

La bechamel es una salsa blanca de origen francés, muy utilizada en la cocina como ingrediente básico de multitud de recetas, como lasañas, canelones, gratinados, picatostes y muchos otros platos.

Este condimento se prepara a base de leche, harina y mantequilla. La harina y la mantequilla se mezclan para formar un líquido suave, que luego se diluye con leche tibia. Luego, la salsa se revuelve continuamente hasta que espese y alcance la consistencia deseada.

Una de las ventajas de la bechamel es que se puede personalizar fácilmente añadiendo diferentes ingredientes para adaptarla a las necesidades y gustos de cada receta. Por ejemplo, se pueden añadir especias como nuez moscada, ajo o pimienta para dar sabor a la salsa. Además, se pueden utilizar diferentes variaciones de leche, como la de soja, la de almendras o la de coco, para conseguir un sabor diferente.

La bechamel es una salsa muy versátil, que se presta a numerosas variaciones. Por ejemplo, puedes sustituir la mantequilla por aceite de oliva para obtener una versión más ligera de la salsa, o utilizar harina integral para una variante más saludable.

En definitiva, la bechamel es un ingrediente imprescindible en la cocina, ofreciendo infinitas posibilidades de personalización. Es fácil de preparar y se puede utilizar en numerosas recetas para obtener platos cremosos y deliciosos.

Aquí tienes una breve guía para preparar una salsa bechamel clásica de forma sencilla y obtener un resultado que satisfaga tus necesidades culinarias.

Comience derritiendo la mantequilla en una cacerola pequeña y luego agregue lentamente la harina, revolviendo con un batidor para evitar que se formen grumos y asegurándose de que la mantequilla la haya absorbido por completo.

En este punto obtendrás una crema que tendrás que diluir poco a poco con la leche, sin dejar de mezclar con la batidora para evitar la formación de grumos. Una vez vertida toda la leche, añadir sal y una pizca de nuez moscada.

Mantenga el fuego bajo y hierva la bechamel, revolviendo constantemente, hasta que espese de acuerdo con la consistencia deseada. Con unos sencillos pasos obtendrás una deliciosa salsa bechamel que podrás utilizar en una gran variedad de recetas.